Analizando

El cargador de flores, desde nuestro punto de vista, es una obra bastante simple, ya que está compuesta principalmente por solo tres figuras: un hombre, una cesta y una mujer. Les tres elementos se encuentran sobrepuestos: la cesta delante de la mujer y el hombre enfrente de la cesta. 
Estos elementos están dispuestos en el espacio de una manera asimétrica pero ocupan el espacio de manera equilibrada y armónica, ya que hay un elemento a la derecha, otro en el centro y el tercero a la izquierda. 
Aunque el hombre se encuentra delante de la cesta, este segundo elemento destaca por encima de los demás gracias al color violeta de las flores que contiene, el cual contrasta con los otros colores de la obra. Por ese motivo, las flores de la cesta son el primer elemento en que se fija el espectador, es decir, dónde concentra la atención. El resto de colores del primer plano que aparecen en la obra son mayoritariamente cálidos (amarillo, marrón, blanco, naranja…) y destacan por encima del segundo plano, con colores más oscuros. No hay ningún elemento con nubosidad, sino que todos se aprecian de manera nítida
La proporción entre los elementos es distorsionada. No hay una perspectiva lógica, ya que el hombre que aparece delante es más pequeño que la cesta y la mujer. 
La obra no tiene profundidad, ya que las figuras que la componen son planas o bidimensionales, a excepción de las flores, que presentan una gradación de color (de oscuro a claro) dando sensación de volumen
En la obra también se pueden apreciar diferentes texturas. Por ejemplo, la cesta da sensación de dureza y rugosidad, a diferencia de las flores, que dan una sensación suave y esponjosa. 
Por último, en lo que se refiere a las líneas, algunas de ellas son firmes, como las de los brazos del hombre o la cesta, mostrando rigidez, mientras que otras son suaves, como las de la mujer o las flores, dando así sensación de fluidez.



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